Hoy les ofrecemos una genuina e intimista película de una de las cineastas más interesantes del panorama actual hablamos de Naomi Kawase y su película ‘Una pastelería en Tokio’ película que se exhibió antes de su estreno en el Festival de Cannes y en la Seminci (el Festival de Valladolid) Después de la excelente ‘Aguas tranquilas’ la directora japonesa contó esta sencilla y entrañable historia en torno a la pastelería que regenta Sentarô, allí en ese lugar los integrantes de ese equipo improvisado que forman Sentarô, una afable anciana y una adolescente con problemas encuentran un refugio y una calidez que por separado no tenían. La pequeña trama gira en torno a revitalizar el negocio, Tokué la anciana tiene la receta para hacer unos excelentes dorayakis, un dulce muy popular en Japón. Poco a poco vamos conociendo las interioridades de estas personas heridas que a pesar de todo aman la vida. Naomi Kawase junto a Hirokazu Koreeda son los cineastas japoneses más prestigiosos en Europa donde sus películas llegan con regularidad, ambos son herederos del cine de Yasujirō Ozu y de esa milenaria tradición cultural japonesa derivada del budismo y tan atractiva para nosotros como es el zen. Sería justo destacar el inmenso trabajo de la veterana actriz Kirin Kiki componiendo un personaje inolvidable que sin duda va a conquistar nuestros corazones. Sentimientos genuinos y emociones profundas en un cine intimista y contemplativo en la mejor de las tradiciones del cine naturalista japonés y su inconfundible espíritu zen, recordemos como dato autobiográfico que la directora Naomi Kawase fue abandonada después de nacer por sus padres y criada por su tía abuela, es lo que veremos en ‘Una pastelería en Tokio’ como el afecto y la camaradería surgen a veces de forma inesperada.